Era como un sueño su
mirada profunda,
me perdia en sus ojos.
Tenia alas para volar
pero tenia miedo que
el viento la soplara a
tierras desconocidas.
Siendo yo el extranjero
perfecto le doy posada.
Llego ella sin esperanza,
y me voy con la
desgracia que la Paloma
blanca tomó de mi el
deseo de seguir amando,
y esperó el día en cual
el fruto de nuestra pasion
de a luz; hasta
entonces voy a nacer de
nuevo.
Me quedo a solas contando
las plumas de sus
alas.