En su consultorio,
todo es un enredo,
el sicólogo Miguel
ya no puede ni ver.
Se le fundieron las bombillas,
¡qué gran desafío!
Ahora ya no ve ni pío,
está en un buen lío!
Y a los pacientes,
no me asusten más,
sin luz no sé si
vienen o si se van.
Los expedientes
no puede leer,
y Miguel, en la oscuridad,
ya ni sabe lo que hacer.
Con un mejunje de cables,
ni sabe lo que conecta,
y de eso ni hables!,
purs bastante lo detesta.
Ay, qué desastre,
esto es un lío
Aquí estoy hablando solo,
y no digo ni pío!
Las risas de sus pacientes
son carcaja ardientes,
tratado de meterle el diente
no encuentra el expediente,
Pero aunque las bombillas
se hayan fundido,
Miguel sigue firme,
¡con su humor atrevido!
Con una sonrisa
y un chiste por allí,
en la oscuridad,
seguirá sin prisa!