En la brisa suave que acaricia el alma,
resuena la voz de la tierra,
un eco de antiguas raíces,
de un pueblo que nunca se rinde.
Los ríos murmuran secretos,
sus aguas son testigos de luchas,
de sueños que florecen en el silencio,
de esperanzas que brotan entre sombras.
Bajo el cielo estrellado,
las estrellas cuentan historias,
de guerreros y poetas,
que han danzado en la historia de un hogar.
Canto a la libertad,
a la tierra que nos abraza,
a los que han caído,
y a los que aún luchan con fe.
Que el viento lleve mis palabras,
como hojas que vuelan al destino,
y que en cada rincón del alma,
resuene el latido de un pueblo unido.
Rolando Matias